Periódico 4º. Poder
(Facebook)
El periodismo, en su mejor concepción, es para
informar y orientar.
Nació primero la prensa escrita, luego la radio y
por último la televisión.
La diversificación de intereses y gustos hicieron
posible la creación de “los monitos” para los niños en los periódicos,
programas musicales y de concursos en la radio y las telenovelas, los “reality
shows” y el fútbol en la televisión.
Como se ve, el periodismo se alejó mucho en su fin
de orientar y en todos los medios (periódicos, radio y televisión) la
conducción para el pueblo dejó de ser esencial dando preferencia a la nota
informativa y no era nada raro que hace algunas décadas hubiera “extras”,
tirajes de los diarios que buscaban -inútilmente- ganar informaciones a la
radio.
Con las redes sociales, la información está al
momento dejando atrás a los otros medios que para seguir existiendo, han
buscado diferentes formas.
Todos han explotado los escándalos protagonizados
por artistas, políticos, deportistas y, a veces, le sacan jugo hasta a pleitos
de vecinos.
En la Comarca Lagunera hay dos periódicos dedicados
al morbo y a la nota policiaca; entre más sangriento y aparatoso sea el
accidente, mejor para ellos.
Ambos tienen en sus páginas centrales (en todo el
espacio y a todo color) sensuales mujeres semidesnudas que hoy todo mundo ve y
antes sólo se permitían de manera restringida en peluquerías y talleres donde
los únicos que había eran hombres adultos y con “capacidad” para verlas.
“Express” nombre agringado (porque en español sería
exprés) y “La I” son quizás los que más compra la gente y eso demuestra que
como siempre los más ganen a los menos y es una lástima que esos más sean
populacho que se emociona con los percances -y tragedias- ajenas y llenos de
morbo esperen día tras día un nuevo, bochornoso o sangriento sucedido.
¡Alarma! fue un diario similar a nivel nacional y
por causas desconocidas dejó de circular pero, claro, esas causas no fueron el
desinterés del público.
De cualquier forma da pena que los medios en lugar
de tratar de llevar cultura a los lectores, los vean sólo como un filón de oro
que se gana con lo peor de la información.