TORRE AZUL
Primero la seguridad
La exigencia de que los gobiernos brinden seguridad a sus
ciudadanos no es un asunto caprichoso, tampoco obedece a los intereses de
ningún partido o sector en particular. Se trata de una de las necesidades más
básicas y de las explicaciones más sencillas para la existencia de un gobierno:
si éste es incapaz de cumplir con su obligación de garantizar la vida y las
pertenencias de las personas entonces no tiene razón de ser.
En México tenemos ya más de una década con graves problemas
de seguridad que lejos de mejorar han venido empeorando. Los números de la
criminalidad indican que las estrategias empleadas hasta ahora no han ofrecido
los resultados deseados. Nadie debería alegrarse por eso. Si en algo no deseamos
que le vaya mal a ningún gobierno de ninguno de los tres niveles, municipal,
estatal o federal, es en el tema de la seguridad. Pero tampoco ayudan las
justificaciones absurdas. Tomar el pasado como excusa para el fracaso actual no
disminuye el número de víctimas.
Todo el tiempo que se ocupa para encontrar en las gestiones
anteriores las causas de la incapacidad del presente, mejor debería dedicarse a
encontrar el camino para salir adelante. Pero se necesita una enorme humildad
para reconocer los errores propios y una conciencia del papel histórico que se
debe cumplir estando al frente de cualquier institución hoy en México.
Estoy seguro que a la ciudadanía ya no le importa quién tiene
la culpa. Pero, están ávidos de vivir en condiciones de paz y seguridad. Por
eso, los gobiernos deben hacer un uso eficaz de todas las capacidades de que
disponen para garantizar la paz y la tranquilidad de todos por igual. Por
supuesto que la fuerza pública debe emplearse cuando sea necesario, es absurdo
que no se haga así. Pero, también hay que echar mano de la inteligencia, la
tecnología y de acciones de política pública qué impidan que los negocios de
los delincuentes florezcan.
En el tema de seguridad todos tenemos una responsabilidad.
Pero ésta es mayor entre quienes piden el voto bajo la promesa de que
terminarán con la violencia. Por el bien de todos, primero la seguridad. Porque
con “fuchis”, “guacalas” y diciéndoles a las mamacitas de los delincuentes que
se porten bien, quedó claro que no funciona.
@marcelotorresc